El estrés no solo afecta el bienestar general, sino también la salud oral. Una de sus manifestaciones más comunes en la boca es el bruxismo, una actividad parafuncional caracterizada por el apretamiento y rechinamiento de los dientes debido a la acción de los músculos masticatorios.

Entre las principales causas del bruxismo se encuentran factores emocionales como la ansiedad, la depresión y situaciones de estrés. Este problema puede desencadenar consecuencias graves, como el desgaste dental, fracturas en los dientes, problemas en la articulación temporomandibular (ATM), dolores de cabeza, cuello y problemas de sueño, entre otros.

El estrés crónico es particularmente nocivo, ya que prolonga la liberación de glucocorticoides como el cortisol, lo que reduce las defensas del cuerpo y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades periodontales. Además, el bruxismo causa un trauma oclusal que afecta el ligamento periodontal y el hueso, lo que puede llevar a la pérdida dental, sensibilidad extrema, problemas pulpares e infecciones orales.

Si experimentas síntomas como apretamiento de dientes o dolor en la cabeza, el cuello o la cara, es importante que consultes con tu odontólogo para realizar una evaluación y tratar el bruxismo a tiempo. El manejo de esta condición puede requerir la intervención de varios especialistas.